Santander, el paraíso del cantábrico

Santander huele a mar y a encanto pesquero y es el refugio perfecto para cántabros y visitantes. Un paraíso con ambiente señorial en el que poder disfrutar de su espectacular bahía, de su gastronomía, de su arquitectura y de sus tradiciones.

El Palacio de la Magdalena es, para mí, el enclave más espectacular que tiene la ciudad. Un recinto de entrada libre en el que se puede pasear y disfrutar de sus playas y en el que destaca el propio palacio real de estilo francés e inglés que fue construido a principios de siglo XIX mediante suscripción popular de los santanderinos y donado al monarca Alfonso XIII para su disfrute estival.

Después fue recuperado por la ciudad y actualmente es sede de los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y marco incomparable para la celebración de congresos.

Cabe destacar de este espacio las espectaculares vistas que tiene a la isla de Mouro o a la playa del Camello. Además, también se puede disfrutar de un pequeño parque y un zoo.


Otra de las zonas con más encanto de la ciudad es su casco histórico, donde podemos encontrar su famosa plaza porticada, la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, la plaza del Ayuntamiento o el edificio del Banco Santander. En relación a este último, también cabe destacar el centro Botín, diseñado por el arquitecto Renzo Piano e inaugurado el 23 de junio de 2017. Desde él se puede disfrutar de unas vistas espectaculares del mar.

Además, por la zona centro de la ciudad se puede disfrutar de una amplia oferta gastronómica en diferentes bares y restaurantes entre los que destaca la calle Hernán Cortés y la calle general Mola.

Cualquier fin de semana o puente es idóneo para escaparse a Santader pero si hay unas fechas con especial encanto esas son durante la Semana Grande de la ciudad. Se celebran con motivo de la festividad de Santiago, el 25 de julio. Durante estos días se puede disfrutar de un amplio abánico de actividades, conciertos y sus tradicionales casetas, además de una destacada feria taurina que tiene lugar en el Coso de Cuatro Caminos. Una preciosa y original plaza de toros que vive sus días más importantes durante las fiestas de la ciudad.


El Casino de Santander es otro de los lugares más icónicos de la ciudad y, sin duda, una visita que no podemos dejar pasar. Se encuentra situada en la plaza de Italia, en plena playa del Sardinero. De hecho, desde su gran terraza se puede admirar la primera playa de El Sardinero y los jardines de Piquío. Fue construido a mediados del Siglo XIX y combina su esencia clásica con una adaptación moderna a los nuevos tiempos.

El Sardinero es uno de los puntos más conocidos de Santander. Está formado por la unión de sus dos playas: playa primera del Sardinero y playa segunda. Es una playa tranquila, de arena y en la que poder disfrutar tanto si el día está soleado como si no.


La visita a la zona del Sardinero queda incompleta si no se acaba en la zona del Faro del Cabo Mayor. Una zona en la que poder disfrutando de unas vistas espectaculares y donde se inicia la bahía de Santander.

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