Una semana bajo el sol de Cádiz

Agua cristalina, arena dorada y un sol único convierten a Cádiz en protagonista de los atardeceres más bonitos de nuestro país. Sentarse en la toalla y esperar a que el sol se esconda lentamente se ha convertido en un ritual para gaditanos y visitantes que se reúnen cada verano para disfrutar de este momento mágico.

Y es que, no hay atardecer más bonito que el que se puede vivir en la playa de Zahara de los Atunes donde la caída del día deja una gama de colores espectaculares que se reflejan tanto en el agua como en la orilla.


En Zahara, además de vivir estas magnificas puestas de sol también se puede disfrutar de su amplia y maravillosa gastronomía que tiene como protagonista el atún. Al igual que en Barbate, este producto es la estrella de los platos de la costa gaditana.

La almadraba, que es la técnica que se utiliza en Cádiz para la captura del atún, se ha convertido en casi una liturgia en el sur de nuestro país. Cada año se capturan miles de atunes que dan de comer a más de 500 familias en Cádiz.


Muy cerca de Zahara y de Barbate se encuentra Vejer de la Frontera. Un pequeño pueblo que poco tiene que ver con los municipios costeros de Cádiz. Este se erige sobre un monte de 200 metros de altura, a orillas del río Barbate y a 8 kilómetros de distancia de la costa. Sus calles y casas bancas hacen de él uno de los lugares más característicos de Cádiz y también más visitados cada año.

Lo mejor para conocer Vejer es recorrer cada una de sus calles a pie. Cuenta con numerosas azoteas y miradores desde los que poder contemplar sus increíbles vistas además de numerosos patios muy bien cuidados y repartidos por sus callejuelas empinadas.


La siguiente parada de nuestro viaje fue Cádiz, la ciudad más antigua de occidente y que cuenta con más de 3.000 años de antigüedad y huellas históricas de fenicios, griegos, cartaginenses, musulmanes y romanos. Ciudad marinera por excelencia, Cádiz es alegre, luminosa y viva .

Uno de sus más característicos e imponentes monumentos es su Catedral Santa Cruz. Su principal característica es su cúpula dorada visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Se encuentra muy cerca del mar y la luz que se refleja sobre ella deja una de las estampas más bonitas de Cádiz.


Junto a La Catedral se encuentra el paseo de La Caleta, en cuya playa se puede disfrutar al final del día de un impresionante atardecer acompañado por el sonido de las olas y las gaviotas.

Por este paseo también nos podemos encontrar con el Teatro Romano de Cádiz, construido en el año 70 A.C. Los castillos de Santa Catalina y de San Sebastián son los otros dos protagonistas de este paseo marítimo. Este primero, cuya visita es gratuita, fue mandado construir por Felipe II y en la actualidad se ha convertido en un espacio de arte y cultura.


Por otro lado, el Castillo de San Sebastián es una fortaleza ubicada en uno de los extremos de la playa de La Caleta sobre un pequeño islote. Se accede a él desde la playa a través de un malecón.

Ya en el centro histórico nos encontramos con la Torre Tavira, que presume de tener las mejores vistas de toda la ciudad. Tiene 45 metros de alto y desde ahí se controlaba el comercio con las Indias.

En el centro de la ciudad está el barrio más antiguo de Cádiz: El Pópulo. Entre sus callejones podemos encontrarnos con palacios medievales y pequeñas callejuelas repletas de historia. El barrio de Santa María y de la Viña completan el casco histórico de Cádiz. Darse un paseo y disfrutar de las tapas típicas gaditanas es uno de los mejores planes que realizar durante la visita a la ciudad.

Las plazas son otras de las grandes protagonistas de Cádiz entre las que destaca la del Mentidero, cuna de las chirigotas y del carnaval de Cádiz, y la Plaza España donde se encuentra el Monumento a la Constitución de 1812. Otro de los grandes iconos de la ciudad es su Gran Teatro Falla donde durante el mes de febrero acoge las actuaciones de chirigotas.


A pocos kilómetros se localiza el Puerto de Santa María. Está situado en el interior de la bahía de Cádiz y en verano llega a triplicar sus habitantes. El castillo de San Marcos es uno de los lugares más destacados del Puerto. Se trata de una fortaleza medieval que se construyó en el siglo XIII y que, en la actualidad pertenece a la familia Caballero.

La Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros, la cual se terminó de construir en estilo gótico a finales del siglo XV, es otra de las joyas de este municipio.

La Fundación Rafael Alberti también se encuentra en esta localidad, y es que fue aquí donde nació el escritor de la Generación del 27 y donde ahora se encuentra su casa museo. Otro de los muchos atractivos que tiene El Puerto de Santa María son los patios de las numerosas casas palacio que aquí se encuentran.

La Real Plaza de Toros de El Puerto de Santa María es otra de las visitas obligadas. Coso taurino del siglo XIX de estilo ecléctico, terminó de construirse en el año 1880. Inaugurada el 5 de junio del citado año , con una corrida de toros de la ganadería de D. Anastasio Martín, de Sevilla, mano a mano de los toreros Antonio Carmona, el Gordito y Rafael Molina, Lagartijo.

Josefa María Lena de Terry, ceramista de El Puerto de Santa María, fue la encargada de diseñar y realizar los salones de los palcos Real y de la Presidencia y el salón de exposiciones, así como varios murales entre los que destaca el situado en el pasillo principal donde se encuentra un mosaico con la frase atribuida al torero Joselito El Gallo: «Quien no ha visto toros en El Puerto, no sabe lo que es un día de toros».


Otro de los imprescindibles del Puerto es la Bodega Osborne. Se trata de un gran complejo bodeguero, que se creó en 1800 y que cada año recibe a miles de visitantes, el cual hace cinco años fue acondicionado para la visita de los turistas. Se puede recorrer su antigua bodega habilitada con espacios formativos, en cuyas barricas se envejecen vinos por el sistema de criadero y solera durante más de 40 años.

También se puede visitar el Museo del Toro de Osborne, ubicado en otra antigua bodega donde se muestra todo lo relacionado con la historia del famoso toro que todavía se puede ver en las carreteras de España. La visita acaba con una cata – degustación de cinco vinos.


La última parada de este viaje es Jerez de la Frontera. La localidad más poblada de todo Cádiz es mundialmente conocida por la elaboración de sus prestigiosos vinos. De hecho, no te puedes ir de Jerez sin haber visitado alguna de sus numerosas bodegas en las que poder conocer de cerca la elaboración de este caldo.

Nosotros escogimos la Bodega González Byass, situada en pleno centro de Jerez. Las Bodegas Tío Pepe cuentan con un Conjunto Monumental de Bodegas, Patios y Calles interiores que datan de 1835, además de Jardines catalogados de Históricos. Este conjunto se encuentra enclavado junto al Alcázar de Jerez, en el centro de la ciudad.


Durante la visita además de aprender el proceso de elaboración y envejecimiento del Brandy y vino de Jerez, se pueden contemplar bodegas con diferente arquitectura, impresionantes patios y calles interiores emparradas. La visita comienza en la Real Bodega de La Concha, diseñada por Gustavo Eiffel para después llegar a la Viña San Manuel, el único viñedo jerezano en el interior de la bodega.

A continuación se visita la Bodega de La Cuadrada que nos lleva a los cascos bodegueros más antiguos, la Bodega de Los Apóstoles, donde podemos admirar botas de 12.000 litros de capacidad y la bota conocida como “el Cristo” de 33.000 litros de vino. Cruzando la emparrada Calle Unión llegamos a las Bodegas La Constancia y Bodega Los Reyes, que datan del 1857 y reúnen todo un museo de botas firmadas de visitas ilustres que han pasado a lo largo de la historia por las bodegas. La visita finaliza con la tradicional cata de varios de sus vinos.


Otro de los grandes protagonistas de Jerez, junto al vino, es el caballo.  En La Fundación Real Escuela Andaluza del Arte Escuestre se puede disfrutar de diversos espectáculos realizados con los caballos españoles de pura raza, entre los que destaca la exhibición «Cómo bailan los caballos andaluces».

También se puede recorrer sus instalaciones y visitar el Museo del Caballo y el Museo del Enganche donde se da a conocer la historia de esta institución, su actualidad y numerosas curiosidades.


Jerez, además de estar impregnada por la historia y esencia del vino y del caballo, ha sido cuna del flamenco. En Jerez nació Lola Flores, La Faraona, a quien se le dedica una escultura en el barrio gitano de San Miguel, donde nació.

En los tradicionales tabancos de Jerez es donde Lola Flores comenzó a actuar en sus primeros años y donde a día de hoy se le sigue rindiendo homenaje. Es en estos tabancos donde se puede asistir a actuaciones en directo de flamenco a guitarra y voz y donde se puede desgustar los vinos de Jerez acompañados de una tapa.


Además, el centro histórico de Jerez encierra monumentos impresionantes como El Alcázar, del que solo queda su muralla y en el interior restos de la mezquita y los baños árabes. Muy cerca se encuentra la Catedral de Jerez, conocida como San Salvador, una monumental iglesia barroca cuya torre campanario está adyacente al edificio principal sobre un antiguo minarete árabe.

También merece la pena visitar otros lugares como la Plaza de la Asunción, la Torre de la Atalaya, el Gallo Azul, el Palacio de los Domecq, la Plaza del Arenal o el Mercado de Abastos sin olvidar la plaza de toros de Jerez, edificada en la primera mitad del siglo XIX, es una de las plazas más antiguas y señeras de Andalucía.

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