Gijón es un destino imprescindible en nuestro país no sólo por su importante gastronomía sino también por sus playas, sus zonas verdes y el patrimonio histórico y cultural que atesora la ciudad. Mundialmente conocida por sus letras rojas, Gijón cuenta con muchos lugares y rincones por descubrir además de múltiples actividades que poder realizar en pareja, familia o amigos.
Si empezamos la visita a Gijón por su corazón, nos encontramos con el barrio antiguo marinero. Está situado al lado del puerto deportivo, otra de las imágenes emblemáticas de la ciudad donde poder observar el casco viejo desde un mar de mástiles de madera. Cimavilla es el lugar más antiguo de la ciudad y el que mejor conserva su carácter marinero. Aquí se encuentra la Casa Museo Jovellanos, donde nació y vivió el escritor. Se trata de un palacio de finales del siglo XVI, un destacado ejemplo de casona asturiana según modelo vigente en su época.
En él, se puede ver, en forma de exposición permanente, un recorrido por el arte asturiano de los siglos XIX y XX y por las obras de algunas escuelas artísticas europeas de los siglos XVII y XVIII. Dos de sus salas están dedicadas a Jovellanos, y en ellas se exponen mobiliario y objetos personales además de algunas piezas de su colección artística. En este mismo barrio encontramos otros de los espacios más bonitos y amplios de todo el centro de Gijón, su Plaza Mayor, El Palacio de Revillagigedo y la Colegiata de San Juan Bautista y la Torre del Reloj.
Muy cerca y dando un agradable paseo podemos llegar hasta el cerro de Santa Catalina donde encontramos una de las esculturas más reconocibles de la ciudad: Elogio del Horizonte. Esta obra de Eduardo Chillida se inauguró en el año 1990 y aunque al principio no fue muy bien acogido, ahora se ha convertido en seña de identidad de la ciudad. En cualquier caso, merece la pena subir hasta él y disfrutar de las impresionantes vistas que ofrece.


Precisamente, es en la falda del cerro de Santa Catalina donde se situó el primer asentamiento del Gegionem romano. Aquí es donde se encuentran los restos de las termas romanas de Campo Valdés. Unas grandes termas públicas construidas entre los siglos I y II. Al lado de las termas se encuentra la parroquia de San Pedro Apóstol y al fondo, la playa urbana por excelencia de Gijón y probablemente la más famosa de Asturias: la playa de San Lorenzo. Aunque esta es la más conocida de la ciudad, hay otras nueve playas más entre la ciudad y el concejo.


Otra de las paradas imprescindibles en cualquier visita a la ciudad es la Universidad Laboral de Gijón. Esta es la obra arquitectónica más importante del siglo XX en Asturias. Este es el edificio civil más grande de España. Además, su torre, de 130 metros de altura, es la construcción de piedra más alta del país. Y su iglesia es la más grande del mundo con planta elíptica.


Justo al lado de la Laboral se encuentra el Jardín Botánico Atlántico, formado por 25 hectáreas y unas 30.000 plantas. Además, cuenta con jardín histórico, con más de siglo y medio de antigüedad. Merece la pena sacar tiempo para disfrutar de un espacio natural verdaderamente impresionante.
En el plano gastronómico, la sidra es un verdadero símbolo de Gijón. Pedirse una botella en alguno de sus muchos bares y restaurantes es uno de los imprescindibles en la visita a la ciudad. Además, el cachopo, las croquetas de cabrales o el pastel de cabracho es alguno de los platos que no podemos dejar de probar.


Además, en los alrededores de Gijón también tenemos mucho que visitar. Desde el Mirador del Parque del Cabo San Lorenzo hasta el Parque Arqueológico de la Campa Torres. En el caso de tener más días disponibles, acercarse hasta Oviedo o Avilés siempre es un buen plan con el que completar una escapada al norte de España.
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