Soria, escenario de Campos de Castilla

No es la provincia más visitada de España pero, sin duda, Soria es una joya histórica, arquitectónica y natural por descubrir. Su capital es un fiel reflejo de ello y recoge en un núcleo muy pequeño las características de esta tierra castellana. La ciudad que vió nacer al Rey Alfonso VIII y donde llegó a tener su corte Alfonso X El Sabio tiene un centro histórico compacto que permite recorrerla en un día.

Con tan sólo un paseo por su centro histórico queda patente la importancia que la literatura ha tenido en esta ciudad que sigue girando en torno al escritor Antonio Machado, quien vivió en Soria durante cinco años, entre 1907 y 1912. La capital castellana resultó decisiva en su trayectoria literaria y también en su vida personal. En Soria escribió el libro ‘Campos de Castilla’, y allí conoció y contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo, su gran amor. De hecho, su repentina muerte fue el motivo principal para abandonar la ciudad.

Recorrer Soria es hacerlo también sobre los pasos del escritor del que todavía queda una gran impronta en la ciudad. Antonio Machado llegó a Soria como profesor de francés. Una actividad que compaginaba con su activa participación en el Casino Numancia, que se conserva intacto en la actualidad. Allí leía el periódico y participaba en tertulias. Curiosamente, este mismo casino fue frecuentado una década después por Gerardo Diego, quien solía tocar un piano Steineway & Sons de 1872 aún presente en el local.

La vida de Antonio Machado en Soria discurre entre una intensa actividad cultural y su afición por pasear junto al río Duero, entre el monasterio templario de San Polo y la ermita barroca de San Saturio. Esta fue la principal inspiración del poeta para escribir su obra más conocida, ‘Campos de Castilla’, que fue publicada en el año 1912, pocos meses antes de que falleciese su esposa, Leonor Izquierdo. Tras su muerte, el escritor abandonó definitivamente Soria.

Antonio Machado solo volvió una vez más a Soria, cuando la ciudad le reconoció como ‘hijo adoptivo’ en el año 1932. El sevillano definiría su paso por la ciudad castellana como la época más satisfactoria de su existencia: “Si la felicidad es algo posible y real –lo que a veces pienso–, yo la identifico mentalmente con los años de mi vida en Soria y con el amor de mi mujer”.

El paso de Antonio Machado por Soria no sería el único que hiciese un escritor. Gerardo Diego llegó a Soria en 1920 para dar clase en el mismo centro en el que doce años antes lo hiciera el escritor sevillano. Aunque su estancia en la ciudad fue corta, eso no impidió a Gerardo Diego implicarse en la vida cultural, donde encontró un ambiente intelectual muy importante. En 1922 abandonó Soria pero siempre mantuvo una estrecha relación con la ciudad.

Una estatua en la puerta del Casino Numancia recuerda al escritor de la Generación del 27 en aquel local que frecuentó tanto junto con otros escritores y literatos de la época. La calle del Collado es, precisamente, el epicentro de la ciudad y desemboca en la Plaza Mayor en la que destaca la Fuente de los Leones, el Ayuntamiento o Casa de los Doce Linajes, el Palacio de la Audiencia y la Iglesia Nuestra Señora de la Mayor. En esta última contrajeron matrimonio Antonio Machado y Leonor Izquierdo y así lo recuerda la estatua que se encuentra a la puerta del templo y que representa a la esposa del escritor.

Pero si por algo es conocida Soria es por sus famosos torreznos. Esta es la tapa estrella de la ciudad y uno de los mejores sitios en los que disfrutarlos es en alguno de los muchos bares de la Plaza Mayor donde les ofrecen. Un manjar pero no el único ya que Soria tiene otros platos típicos como la caldereta, el cordero asado, las migas al pastor, las setas o las trufas.

El centro de la ciudad está repleto de representaciones románicas entre las que destacan la Iglesia de Santo Domingo, la Iglesia de San Juan de Rabanera y la Concatedral de San Pedro. Algo más alejado del casco histórico se encuentra la Iglesia y Claustro de San Juan de Dios, una de las construcciones más originales de la ciudad ya que cuenta con influencia de diferentes distintos estilos, incluyendo el árabe y el bizantino. Prueba de ello es la existencia de curiosos arcos entrelazados, muy poco comunes en el románico peninsular.

En esta parte de la ciudad y junto al río Duero se encuentra la estatua que recuerda al tercer escritor más importante que ha tenido Soria, Gustavo Adolfo Bécquer. Su relación con la ciudad se debió a que su esposa, Casta Esteban, era soriana, lo que llevó a que el escritor pasase largas temporadas en la provincia. La influencia que ejerció Soria en Bécquer, queda patente en sus más hermosas leyendas, localizadas precisamente en estas tierras. Situadas en Soria capital, ‘El rayo de luna’, en las ruinas del monasterio de los Templarios San Polo, y ‘El monte de las ánimas’ en el monte de las Ánimas, situado frente al de Santa Ana.

En cuanto a arquitectura civil, el Palacio de los Condes de Gómara es una de las edificaciones más importantes que poder ver en Soria. Cuentan que la enorme fachada debería haber sido incluso mayor según el proyecto original. Fue Felipe II quien lo impidió a fin de que el palacio no eclipsara el mismísimo Palacio del Escorial. Para acabar la visita a la ciudad, nada mejor que pasear por la Alameda de Cervantes, un enorme espacio natural de diez hectáreas y que cambia cada estación ofreciendo todo un regalo para los sentidos.

Además de la capital, Soria cuenta con numerosos lugares de interés a lo largo de su provincia entre los que destacan La Laguna Negra y la Sierra de Urbión, el Cañón del río Lobos, Castroviejo, San Esteban de Gormaz o Burgo de Osma.

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