Zamora te gana en una hora

Zamora, ‘la bien cercada’, conocida por ser cuna del románico es todavía una gran desconocida para muchos y bien merece ser descubierta como una auténtica joya histórica, cultural y natural. Tan sólo hace falta comenzar a pasear por ella para darse cuenta de la esencia que encierra esta pequeña capital de provincia que cuenta con un encantador centro histórico medieval sobre una vista privilegiada del río Duero.

La historia de Zamora se remonta a su fundación atribuida al pueblo romano en la que sobresale la actuación de Viriato, héroe de la ciudad que aún en nuestros días su bandera toma significado del poso de este guerrero lusitano. En la Edad Media, Zamora pasó de mano en mano en repetidas ocasiones entre musulmanes y cristianos hasta mitad del siglo XI cuando Fernando I de León reconstruyó una ciudad completamente devastada por las guerras.

Tras la muerte del monarca, el reino se dividió entre sus hijos y provocó una feroz lucha fratricida en la que Zamora, defendida por Doña Urraca, sería gran protagonista. Su hermano Sancho II, que acabaría asesinado a los pies de la muralla, sometió la ciudad al famoso ‘Cerco de Zamora’ durante siete meses y seis días, dando lugar a la conocida frase: ‘No se ganó Zamora en una hora’.

Otro de los episodios históricos de gran relevancia en la ciudad fue la conferencia de paz entre Alfonso I de Portugal y el rey Alfonso VII de León en 1145 y en la que se firmó el Tratado de Zamora y que supuso el origen de Portugal como reino independiente.

La ruta monumental por la ciudad Zamora suele iniciarse en la Plaza Mayor y consiste en un recorrido hacia el castillo y la catedral, terminando normalmente en las cercanas ‘Aceñas de olivares’, a orillas del Duero. La Plaza Mayor de Zamora se ubica en pleno corazón del casco antiguo y en ella destacan cuatro elementos: el Ayuntamiento Viejo, construido en 1493, el nuevo Ayuntamiento, que ejerce como tal desde 1950 y se encuentra enfrente, el Monumento al Merlú, una estatua de 1996 en homenaje a las procesiones de Semana Santa, y la Iglesia de San Juan con su característico rosetón.

Zamora es conocida como una de las joyas del románico en España, cuenta con más de catorce iglesias de este estilo en su casco histórico y seis más a lo largo del resto de la ciudad. La Calle de Ramos de Carrión conduce directamente hasta el castillo desde la Plaza Mayor. A lo largo de este camino nos encontramos con la Plaza de Viriato, en la que se encuentra la estatua dedicada al héroe además de un gran número de templos románicos.


A lo largo de este recorrido y desviándonos en él se puede visitar Mirador del Troncoso, que nos regala unas espléndidas vistas sobre el Duero y el Puente de Piedra. También se pueden ver los escasos restos del Puente Viejo, de época medieval, en la otra orilla del río.


Si abandonamos el mirador por la Calle del Corral de Campanas podemos pasar por el Palacio de Arias Gonzalo, más conocido como ‘Casa del Cid’, ya que, según la tradición, allí se crió el famoso caballero. Desde ahí se puede ver la Catedral de Zamora que fue consagrada en 1174. El templo es de estilo románico, aunque muchos elementos añadidos después pertenecen a otros estilos. Lo más característico de la catedral es el cimborrio de influencia bizantina, con un curioso revestimiento de escamas de piedra y cuatro torrecillas en las esquinas rematadas con sus propias cúpulas.


Otro elemento de gran valor de la Catedral de Zamora es la Puerta del Obispo, la única románica que se conserva, con valiosos relieves en los laterales y un equilibrio perfecto en sus proporciones. Por último, en el exterior también destacada la Torre del Salvador, de 45 m, construida en el siglo XIII en estilo románico.

Justo detrás de la catedral se encuentra el Castillo de Zamora. Del castillo original no se sabe a ciencia cierta la fecha de construcción, pero se cree que habría sido levantado en tiempos de Fernando I de León. Hoy en día quedan escasos restos de esa época. De hecho, apenas se conservan tres pequeñas torres restauradas, algún tramo de muralla, parte del foso y las ruinas del patio de armas de esta fortaleza defensiva.


Además de la capital, Zamora cuenta con una bonita provincia que bien merece la pena conocer. El Lago de Sanabria es una de las visitas obligadas en los alrededores de Zamora así como Puebla de Sanabria, elegido como uno de los pueblos más bonitos de España, los Arribes de Duero o también la vecina localidad de Toro, conocida por su tradición vitivinícola y con denominación de origen propia.

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