Vacaciones en Roma

Roma, la ciudad eterna, es un auténtico museo al aire libre que permite hacernos viajar por diferentes épocas convirtiéndose así en una de las capitales más increíbles del mundo. Pasear por Roma es recorrer a través de sus calles una historia, cultura y gastronomía que evoca a otro tiempo.

Pasear por sus bonitas calles, pararse en cada rincón dejándose sorprender por lo que la ciudad nos regala o dejarse llevar en una atmosfera única son solo algunas de las cosas que Roma ofrece a cada paso.

Sus más de dos mil monumentos, sus casi mil iglesias, su infinidad de museos o sus barrios son la esencia de una capital que nada tiene que ver con el resto de ciudades europeas. Roma te transporta en el tiempo y, por un momento, te hace volver siglos atrás.

Para conocer Roma no solo se necesita una visita sino muchas aunque cuatro días son suficientes para conocer sus lugares más destacados e importantes. Siempre es buen momento para visitar Roma, para volver, y para seguir fascinándose con todo lo que esta ciudad regala a quien la visita.

El Coliseo Romano, símbolo de la ciudad, es el lugar más importante de Roma. Para retroceder más de dos mil años solo hace falta entrar en una de las siete maravillas del mundo que aún se conservan en bastante buen estado. Conocido como el Anfiteatro Flavio en la antigüedad, en este gran estadio, con capacidad para 60.000 espectadores, los emperadores distraían al pueblo con espectáculos de todo tipo entre los que destacaban peleas de gladiadores, recreaciones de batalles o ejecuciones de prisioneros.

Esta sigue siendo la atracción más visitada de Italia con más de seis millones de turistas al año. Ser uno de ellos merece la pena con tal de poder pasar unos minutos dentro de esta importante parte de la historia de la humanidad.


Muy cerca del Coliseo se puede ver el Foro Romano, un espacio que te hace sentir inmediatamente como si vivieras en la época romana ya que aquí se encuentran las ruinas de templos y edificios donde se desarrollaba hace más de 2000 años la vida social, cultural, política y económica de la ciudad. También se puede visitar el Palatino, un monte situado a 50 metros de altura sobre el Foro Romano, donde se conservan las ruinas de los antiguos palacios de los emperadores.

En esta colina, la más importante de las siete que tiene Roma, es donde Rómulo fundó la ciudad tal y como dice la leyenda. Desde aquí, además, se puede disfrutar de una de las vistas más desconocidas de la capital.


A pocos metros del Foro Romano y del Palatino se erige uno de los monumentos más imponentes de Roma, el dedicado a Vittorio Emanuele II. Terminado en el año 1911 y ubicado en la gran Piazza Venezia, muy cerca se puede ver lo que fue el Foro de Trajano, el último de los foros imperiales y el más grande de Roma.


Otro de los grandes edificios de la Roma Imperial pero, quizá, más desconocido es el Teatro Marcelo. Fue construido por orden del gran Julio César poco antes de su asesinato y terminado por Augusto. Guarda un gran parecido con el Coliseo Romano y en él había capacidad para hasta 20.000 espectadores.

Paseando por esta zona de la ciudad se llega hasta la Iglesia de Santa María in Cosmedin, un templo medieval famoso por tener en su pórtico la Boca de la Verdad, donde se generan largas colas para meter la mano en su boca y no mentir, ya que en ese caso y según la leyenda, la boca se cerrará atrapando la mano.


El Trastevere no es solo uno de los barrios más famosos de Roma sino del mundo. Esta parte de la ciudad es la que más encanto tiene. Está repleto de pequeñas calles y callejuelas mágicas, talleres de artesanía, locales bohemios y por eso es uno de los favoritos para visitar.

Pero no siempre ha sido así ya que en esta parte de la ciudad, al otro lado del río, se asentaron aquellas comunidades que no estaban bien vistas por Roma pero con el tiempo se ha convertido en uno de los mejores rincones desde los que disfrutar de un espectacular atardecer en la ribera del río Tiber.

Este barrio esconde lugares algo desconocidos como la Basílica de Santa Cecilia, donde se permanecen los restos de esta mártir y patrona de la música o la Basílica de Santa María. Además, es fácil encontrarse un grupo de música callejera y el mejor ambiente para disfrutar de un buen Aperol Spiritz.


El barrio de Trastevere está conectado con la ciudad de Roma a través de uno de sus puentes más famosos, Ponte Sisto, donde cada noche, numerosos músicos se dan cita para cantar o tocar algún instrumento mientras un gran número de vecinos y turistas se agolpan para poder disfrutar de un momento realmente mágico.

Si algo destaca en Roma son sus grandes plazas, donde se dan cita algunos de los monumentos más importantes. Estas han sido escenario de un gran número de películas que han contado con la ciudad como escenario original.

Piazza Navona es una de las más fotografiadas de Roma. En ella se puede disfrutar de tres espectaculares fuentes aunque la más importante es la que está situada en el centro, la de los Cuatro Ríos, obra del artista italiano Bernini.  Como dato curioso, se halla enfrente de la Iglesia de Santa Inés, y construida según el proyecto de su enemigo, Borromini.

Aquí se pueden encontrar un gran número de restaurantes en los que degustar un buen plato de pasta o una deliciosa pizza en un entono realmente único.  


Caminando por el centro de Roma, se llega hasta el Panteón de Agripa, otra de las visitas obligadas en la ciudad. Finalizado en el 125 DC y considerado el edificio mejor conservado del Imperio Romano, esta increíble obra maestra de la arquitectura destaca por su impresionante cúpula en la que se abre en el centro una pequeño óculo que ilumina todo el interior con luz natural.


En la fachada principal además de 16 columnas de granito se construyó un friso con la inscripción «Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, lo hizo» mientras que en el interior se ubica la tumba del célebre artista renacentista Rafael y varios reyes de Italia.

Tras disfrutar de un café italiano en una de las muchas mesas de las que dispone esta plaza, a través de via dei Pastini se llega hasta el Templo de Adriano, levantado en honor a este gran emperador en el año 145. Continuando caminando por esta zona se llega a uno de los monumentos más famosos de Roma y del mundo, la Fontana Di Trevi.

Disfrutar de ella en persona supera con creces la espectacularidad que ya muestra en fotos o postales. Ocupa un lateral de la pequeña plaza en la que se ubica y está construida sobre el Palazzo Poli. La fuente fue finalizada en 1762 e impresiona por la gran escultura de Neptuno guiando su carro tirado por caballos marinos y tritones.

Tiene fama de ser la fuente más bonita del mundo no solo por su valor histórico sino también porque se ha convertido en uno de los epicentros de la ciudad ya que además de visitarla es ‘obligatorio’ tirar una moneda si quieres volver a Roma y dos si quieres encontrar el amor. Uno de los mejores planes que realizar en la ciudad es comerte uno de sus cremosos gelatos observando esta verdadera maravilla.


Otro de los lugares más famosos de la capital italiana es la Piazza di Spagna. Conocida por ser escenario de un gran número de películas, su enorme escalinata está rodeada de algunas de las calles más cinematográficas como Via Margutta y la Via dei Condotti, repleta de tiendas y restaurantes. Subiendo sus ciento treinta y cinco escalones se puede llegar hasta la parte más elevada de esta plaza desde donde poder disfrutar de una de las vistas más mágicas de Roma.


Paseando por la Via del Corso, la más comercial de Roma, se llega hasta otra de sus plazas más populares, Piazza del Popolo, donde fueron construidas dos famosas iglesias gemelas Santa Maria in Montesanto y Santa Maria dei Miracoli.

Además de las dos iglesias, en esta plaza que salió en la película y el libro de ‘Ángeles y demonios’ se sitúa un obelisco egipcio dedicado a Ramsés II y en uno de los laterales, la basílica de Santa Maria del Popolo, en la que se pueden ver dos magníficas obras de Caravaggio y es otra de las iglesias más bonitas de Roma.


Y de visita obligada en Roma, como no podría ser de otra manera, es el Vaticano. El estado más pequeño del mundo contiene a su vez el templo más grande del mundo y uno de los más importantes del cristianismo, la Basílica de San Pedro. Desde aquí se puede acceder a una de las vistas más espectaculares de Roma y, además, el templo es una verdadera joya histórica, arquitectónica y religiosa.


En ella se puede contemplar una de las obras más famosas del mundo, la Piedad de Miguel Ángel, además de los restos mortales de los papas Juan Pablo II o Juan XXIII además de la impresionante Necrópolis Vaticana, situada bajo la Basílica y lugar en el que, según la tradición, San Pedro fue enterrado.


En esta misma plaza se observa el Obelisco Vaticano, que fue recolocado el 10 de septiembre de 1586 por el Papa Sixto V. Tiene más de veinticinco metros de altura y según los escritos, este fue testigo de la tortura y crucifixión de San Pedro por lo que también es conocido como ‘el testigo mudo’.

El obelisco sobrevivió a la caída del imperio romano y se mantuvo en el mismo lugar hasta el año 1586. Es en esta época cuanto el arquitecto napolitano Domenico Fontana bajo las ordenes del Papa Sixto V reubicó el obelisco hasta su lugar actual.

Otro de los principales lugares que ver en el Vaticano son los Museos Vaticanos, que reúne una de las colecciones de arte más importantes del mundo y es uno de los mejores museos de Roma. Aquí se guardan grandes maravillas como las galerías de los tapices y mapas cartográficos, las estancias de Rafael, la Escalera de Bramante o la gran joya del museo, la Capilla Sixtina de Miguel Ángel con su famosos frescos de La Creación de Adán y El Juicio Final.


Saliendo del Vaticano y caminando por la orilla del río Tíber se llega hasta el Castillo de Sant’Angelo, construido como mausoleo del emperador Adriano. Está coronado por una estatua del Arcángel San Miguel, de ahí su nombre. Este cuenta con un corredor secreto que le conecta con el mismísimo Vaticano para que, en caso de necesidad, el Papa pueda huir del pequeño estado hacia la ciudad.


Desde el puente que conecta con el castillo, el precioso Ponte Sant’ Angelo, se puede disfrutar de una de las estampas más bonitas de Roma. Cuando cae el sol, el atardecer se refleja en las aguas del río que atraviesa la ciudad dejando una estampa inolvidable.


Si alguna ciudad merece ser visitada más de una vez en la vida, esta es Roma. Ofreciendo infinidad de opciones y alternativas, siempre queda algún lugar por descubrir. Roma, ciudad eterna.

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