Viena, una ciudad con música

La capital imperial de la música clásica no es solo una de las ciudades europeas más bonitas de Europa sino también una de las que más historia contiene. Está situada a los pies del río Danubio y su desarrollo ha estado unido al de la monarquía europea y a la figura de los músicos de la talla de Mozart, Beethoven o Strauss.

Aunque tres días son necesarios para conocerla, si se cuenta de más disponibilidad siempre es posible realizar alguna visita a lugares como el Valle del Danubio o a Salzburgo.

La Ópera de Viena es el símbolo de la ciudad y uno de los templos operísticos de mayor fama internacional. De arquitectura renacentista, en ella se representan obras clásicas para un aforo de más de 2.800 asistentes.

Para conocer su interior, su impresionante escalinata de mármol, el vestíbulo, el Salón del Té, la Sala de Mármol o su escenario se puede asistir a una de sus obras o también realizar una de las visitas guiadas de las que dispone.


Las cafeterías de Viena son otro de los grandes símbolos de esta ciudad en la que hay más de 130 cafés clásicos en los que poder disfrutar de una acogedora tarde. Muy cerca de la Ópera de Viena se ubica el emblemático Café Sacher donde poder probar su famosa Tarta Sacher (Sachertorte).


En este local se puede probar esta receta de Franz Sacher, que la inventó cuando era un aprendiz de cocinero en 1832, con tan solo 16 años. Esta tarta, famosa en todo el mundo, se caracteriza por dos capas gruesas de bizcocho de chocolate y mantequilla separadas por una fina capa de mermelada de albaricoque y recubiertas con un glaseado de chocolate negro.​ Si suena bien, sabe mejor.

Cómo curiosidad, años más tarde, su hijo Eduard, siendo aprendiz de la pastelería Deme, preparó esta tarta siguiendo la receta de su padre y durante años entraron en conflicto con el Hotel Sacher para ver quien tenía la patente, hasta que llegaron a un acuerdo. El Hotel Sacher la comercializa bajo el nombre de Original Sacher Torte y Demel lo tiene que hacer bajo el nombre de Eduard Sacher Torte. Por lo que probarla en la Cafetería Demel es también muy buena opción.


Además de estas dos cafeterías, también es recomendable visitar el Café Mozart o el Café Central donde poder disfrutar no solo de un café vienés sino de una interminable carta de dulces típicos de la ciudad.


En el centro de Viena se encuentra el Palacio Hofburg, el lugar de residencia durante más de seis siglos, hasta el año 1918, de la familia real de los Habsburgo, también conocida como los Austrias. Este es un enorme conjunto arquitectónico que concentra gran parte de la historia del país en sus diferentes edificios que albergan museos, una iglesia, la Biblioteca Nacional Austriaca y la Escuela de Invierno de Equitación.


En esta misma parte de Viena, en apenas cinco kilómetros, se concentran los edificios más importantes de la ciudad. Además del Palacio Hofburg y la Ópera, también están el Parlamento de Austria, el Ayuntamiento de Viena, la Bolsa y el Burgtheater. Algunos de ellos, además, se pueden visitar por dentro.


Muy cerca se puede disfrutar de un agradable paseo por alguna de las calles más bonitas y comerciales del centro histórico de Viena como Graben, Kohlmarkt y Kärntner. Esta última es la calle comercial más famosa de la ciudad, que conecta la Karlsplatz y Stephansplatz, dos de las plazas más importantes que ver en Viena.

Durante todo este recorrido se encuentran muchos de los mejores restaurantes de Viena donde poder probar algunos de los platos más típicos de la cocina austriaca como es el Wiener Schnitzel o el Schweinebraten.

Aquí también se conserva el restaurante más antiguo de Viena, Griechenbeisl. Por él han pasado personajes históricos como Beethoven, Mozart, Luciano Pavarotti y Johnny Cash. Su carta ofrece solo comida tradicional en un entorno único que te teletransportará directamente a la Viena más imperial.


En esta parte de la ciudad se levantó la Catedral de San Esteban, el edifico religioso más importante que ver en Viena y donde se celebró la boda y el funeral de Mozart. Se edificó en el siglo XII sobre las ruinas de dos iglesias y destaca por su alta torre en forma de aguja, a la que se puede subir en ascensor y desde la que se puede ver su característico tejado de azulejos y unas fantásticas vistas del centro de Viena.


A pocos metros del templo se conserva la casa de Mozart, donde estuvo viviendo tres años el músico con su familia, entre 1784 y 1787, y compuso algunas de sus mejores obras. Esta es la única vivienda que se puede visitar de las doce que tuvo el artista.

Otra de las cosas más curiosas que poder realizar en Viena es acudir a las doce del mediodía a Hoher Markt, la plaza más antigua de la ciudad, para ver el desfile de figuras del Reloj Anker. Construido de 1914, este reloj mecánico, se encuentra en un puente que une los dos antiguos edificios de la compañía de seguros Anker.

Cerca del Reloj Anker se puede visitar la espectacular Iglesia de San Pedro, inspirada en la Basílica de San Pedro de Roma y otro de los templos religiosos más importantes de Viena. La primera Iglesia de San Pedro fue construida en el siglo IV, aunque después de incendiarse de decidió construirla de nuevo en estilo barroco, convirtiéndola en una de las más bonitas de la ciudad.


Otro de los templos imprescindibles de Viena es la Iglesia de los Capuchinos, construida entre 1622 y 1632, y donde se esconde la Cripta Imperial. Aquí se han dado sepultura a 149 miembros de la familia real de los Habsburgo, incluidos 12 emperadores y 18 emperatrices, entre los que destaca el magnífico sarcófago de María Teresa y su esposo, el emperador Francisco, y el de la famosa Isabel de Baviera, Sisi Emperatriz.

La tercera iglesia más importante de Viena es la de San Carlos Borromeo, que cuenta con una impresionante fachada coronada por una cúpula verde y flanqueada por dos columnas de cuarenta y siete metros con escenas de la vida de San Carlos Borromeo -inspiradas en la Columna de Trajano de Roma-.


Muy cerca está situado el Stadtpark, el parque de la ciudad que es ideal para pasear en cualquier época del año. Tiene unos bonitos senderos que rodean un lago en el que se erige la estatua de uno de los músicos de la ciudad, Johann Strauss, además del edificio del Kursalon y el conjunto arquitectónico del Wienflussportal.

A quince minutos a pie podemos disfrutar de una de las visitas más originales que poder hacer en Viena, la Casa Hundertwasser. Este complejo residencial, construido entre 1983 y 1985 por el artista Friedensreich Hundertwasser, está compuesto por fachadas onduladas y aberturas irregulares en unos colores vivos colores.


Cogiendo aquí el tranvía se puede llegar al Prater, el parque de atracciones más antiguo del mundo ya que fue inaugurado en el año 1895. Mantiene alguna de sus atracciones más famosas de aquella época como la espectacular Noria Gigante que ofrece unas impresionantes vistas desde sus 60 metros de altura.


A pocos kilómetros de Viena se ubican dos de los palacios imperiales más importantes de la historia. Palacio de Schönbrunn y Palacio Belvedere. A ambos se puede llegar en metro y su visita merece mucho la pena.

Palacio de Schönbrunn, rodeado de unos bonitos jardines, sorprende por sus lujosas habitaciones de estilo rococó y salones ostentosamente decorados como la Gran Galería, el Salón Chino Circular y el Salón del Desayuno. Además, también se puede visitar el Museo de Carruajes Imperiales que alberga una de las colecciones más amplias de esta temática.


Palacio Belvedere, construido a principios del siglo XVIII como residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya, está compuesto por dos palacios barrocos (el Alto Belvedere y el Bajo Belvedere) e impresiona a primera vista por sus magníficos jardines, fuentes, cascadas y esculturas. Aquí se encuentra una de las obras maestras de la historia de la pintura, ‘El Beso’ de Gustav Klimt, icono también de Viena.


Al lado del Palacio de Belvedere se puede comer en un restaurante de comida típica austriaca y decorado de forma tradicional. Salm Bräu es también cervecería y destilería.


Un recorrido por una ciudad que es mucho más que la capital de Sisi Emperatriz, quien hizo famosa a Viena. Una capital europea que descubrir a través de sus calles o cafeterías ya que mezcla a la perfección el pasado con el presente cosmopolita de la actualidad.

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑