Hablar de Navidad es hacerlo de una de las regiones que respiran más espíritu navideño en el mundo, la Alsacia. Como si de un cuento se tratase, sus pueblos se engalanan cuando llegan estas fechas y crean junto a sus coquetas calles un lugar de fantasía en el que niños y mayores sienten que están en una verdadera postal.
Desde Colmar hasta Estrasburgo nos encontramos con una docena de pequeños y encantadores pueblos en los que los mercadillos navideños y atracciones de Navidad llenan sus pequeñas calles que lucen abarrotadas de ciudadanos nacionales e internacionales que no quieren perderse esta cita.






Las casas de cuento se envuelven de luces y el vino caliente es el aroma que recorre todos estos pueblos al mismo tiempo que los villancicos no dejan de sonar. Colmar es la ciudad más famosa de la Alsacia en Navidad. Sus pequeñas casas conjugan a la perfección con los impresionantes edificios góticos y renacentistas que protagonizan esta localidad.
El río Lauch diseña en Alsacia numerosos canales que recuerdan a Venecia que se decoran con todo tipo de flores que lo dotan de un gran colorido. En el mes de diciembre toda Colmar se convierte en un gran mercadillo navideño al aire libre donde también se puede comercdrepes, glüwhein, salchichas y, como no, cervezas.

Muy cerca de Colmar se encuentra Riquewihr, famoso por sus pastelerías. Fue un pueblo medieval rodeado por murallas que aún se conservan y su punto más alto es una torre de 25 metros conocida como Le Dolder.
Se puede recorrer en poco tiempo a través de su calle principal plagada de pequeñas tiendas y puestos navideños. Durante la Navidad, cuenta con un coqueto y pequeño mercadillo de Navidad donde probar su famoso vino caliente, disponible en tinto y blanco.


El tercer destino de este recorrido por la Alsacia es Ribeauvillé, conocido como el pueblo de los tres castillos ya que el castillo de St-Ulrich, el castillo de Girsberg y el castillo Haut-Ribeaupierre son los que los rodean.
La Grand Rue que vertebra la localidad se encuentra repleta de tiendas con productos locales que se decoran con motivo de estas fechas. Cabe destacar que, como curiosidad, el mercadillo de Navidad es más bien medieval, haciendo alusión a la historia y carácter que aún conserva esta villa.


Caminar por cualquiera de estos tres pueblos es como transportarse a un verdadero cuento de hadas en los que sentirte como protagonista de una historia de un tiempo pasado.
Deja un comentario