Es la combinación perfecta entre la historia que atesoran sus calles y la modernidad de una ciudad que ha sabido evolucionar apostando por su pasado pero también por el futuro. Burgos, mundialmente conocida por su imponente Catedral, cuenta con un impresionante casco histórico y se ha hecho un hueco también como una de las capitales que más apuestan por la cultura.
Es el lugar por el que cada día pasan cientos de peregrinos que caminan hacía Santiago de Compostela. Es una parada ineludible para cualquier viajero pero Burgos bien merece una visita larga, reposada y con tiempo para descubrir cada uno de sus rincones y enamorarse de una ciudad castellana, que respira el carácter e impronta de esta tierra.
Su nombre está ligado a la figura del Cid Campeador pero también a su rica gastronomía en la que destaca, como no podía ser de otra forma, la morcilla. También, el lechazo o la sopa castellana. Además, Burgos cuenta con un gran número de tabernas, bares y restaurantes en los que disfrutar de pinchos, tapas y también una amplia carta de vinos.
Además de la ciudad, Burgos cuenta con algunos puntos muy destacados en su provincia y, también, el yacimiento de Atapuerca, que, sin duda, merece la pena descubrir. Aunque un día es más que suficiente para conocer la capital burgalesa, lo cierto es que un fin de semana puede ser el tiempo perfecto para poder disfrutarla más a fondo.
Hablar de Burgos es hacerlo, como no podía ser de otra manera, de su impresionante Catedral. Está declarada Patrimonio de la Humanidad y es una de las más grandes de España. Se trata de un templo de estilo gótico francés que comenzó su construcción en el año 1221 siguiendo los modelos de la Basílica de Saint-Denis y la Catedral de Notre-Dame de París.


Se distingue por su impresionante exterior, donde destacan un hermoso cimborrio de estilo gótico-plateresco, dos torres casi idénticas del siglo XIII y unas portadas ricamente decoradas. En el interior, son imprescindibles el majestuoso Retablo Mayor, la Capilla del Condestable, la sillería del coro, la Escalera Dorada de estilo renacentista, la tumba del Cid Campeador y su esposa Doña Jimena, además del curioso Papamoscas, un reloj único con una figura autómata que abre la boca al sonar cada campanada.
Al salir de la catedral por la Portada de Santa María, su entrada principal, a través de un corto tramo de escaleras, se llega hasta la Iglesia de San Nicolás de Bari, uno de los templos más hermosos que puedes visitar en Burgos en un solo día. Este lugar es una parada imprescindible para los peregrinos que recorren el Camino de Santiago a su paso por Burgos. Construida en 1408 sobre una iglesia románica anterior, destaca especialmente por albergar uno de los retablos mayores más espectaculares y grandiosos que se pueden contemplar.
El anteriormente mencionado Arco de Santa María es, también, uno de los monumentos más representativos de Burgos. De estilo renacentista, fue una de las doce puertas que daban entrada a la ciudad en la época medieval. Su construcción original data de los siglos XIV y XV, aunque fue completamente reformado en el siglo XVI, utilizando la característica piedra caliza blanca de Burgos.


En su fachada se pueden ver figuras como la del emperador Carlos V, junto a otros personajes históricos vinculados a la ciudad, como el Cid. En el interior se encuentra la sala de Poridad, donde se exponen objetos relacionados con este caballero, y desde allí es posible subir a una de sus torres para disfrutar de unas magníficas vistas del Puente de Santa María, el Paseo del Espolón y el río Arlanzón.
La riqueza patrimonial de Burgos se puede contemplar en los templos con los que cuenta. Otro ejemplo de ello es la Iglesia de San Gil Abad. De estilo gótico, fue edificada a finales del siglo XIV y llama la atención por su austera fachada exterior, ya que se integra en el trazado de la antigua muralla. Sin embargo, su interior contrasta por completo, con numerosas capillas adornadas con impresionantes retablos que rivalizan en belleza con los de la propia catedral.
Y sin dejar de hablar de iglesias, muy cerca de la Catedral y según se sube al Mirador del Castillo se puede encontrar la Iglesia de San Esteban, un destacado templo religioso de Burgos construido entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV. De estilo gótico, esta iglesia alberga en su interior el Museo del Retablo, que posee una valiosa colección de retablos de los siglos XVI, XVII y XVIII, además de varios sepulcros de gran interés artístico.
Una de las experiencias más recomendables que hacer en Burgos en un día es subir andando hasta el Castillo, haciendo paradas en los distintos miradores que ofrecen unas vistas espectaculares de la ciudad. El Mirador del Castillo ofrece una de las panorámicas más impresionantes de Burgos, con un relieve explicativo que señala sus principales monumentos.


Tras admirar el paisaje, se puede continuar el ascenso hasta llegar al Castillo de Burgos, cuya entrada es gratuita, y desde donde seguir contemplando la ciudad desde lo alto de sus murallas y torres.
De vuelta al casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto con la Catedral, se puede comprobar cómo está repleto de monumentos y edificios con gran valor histórico, siendo sin duda uno de los lugares imprescindibles que ver en la ciudad.
Una buena forma de comenzar el recorrido por esta antigua zona amurallada es desayunando o merendando en las terrazas ubicadas en la Plaza Mayor, que destaca por sus edificios porticados de estilo medieval, con fachadas de colores vivos, y por su Ayuntamiento del siglo XVII.
Después, se puede continuar el paseo por calles como La Paloma, San Lorenzo y Avellanos, que forman parte del trazado del Camino de Santiago en su paso por Burgos, hasta llegar a la Plaza Huerto del Rey, un rincón animado con terrazas donde poder tomar una cerveza.


Muy cerca de allí se encuentra la Iglesia de San Lorenzo el Real, un templo barroco que llama la atención por su fachada con grandes columnas y pilastras de estilo corintio, y que en su interior guarda un magnífico Retablo Mayor.
Otra de las actividades que se pueden hacer en Burgos es pasear por el Paseo del Espolón, un agradable tramo arbolado y ajardinado creado a finales del siglo XVIII, que conecta el Arco de Santa María con el Teatro Principal. A lo largo de este recorrido junto al río Arlanzón, se pueden ver las estatuas de cuatro monarcas, el edificio del Consulado del Mar y el elegante palacio de la marquesa de Vilueña.


El Puente de San Pablo, que cruza el río Arlanzón y une la Plaza del Mío Cid con la Plaza del Conde de Castro, es otro de los lugares imprescindibles que visitar en Burgos. Se trata del puente más antiguo de la ciudad. Fue construido en el siglo XIII, y a lo largo del tiempo ha sufrido importantes daños a causa de las crecidas del río. En 1955 se llevó a cabo una restauración completa durante la cual se incorporaron varias esculturas que representan a figuras destacadas vinculadas al Cid Campeador.


Esta imponente estatua ecuestre del Cid Campeador, una escultura de bronce situada en la Plaza del Mío Cid, justo al inicio del Puente de San Pablo, representa al legendario caballero castellano, Rodrigo Díaz de Vivar, con su característica barba, montado sobre su fiel caballo Babieca y empuñando la espada Tizona, en el momento en que cruza el río Arlanzón camino del destierro, al abandonar Burgos. Cabe destacar que el Cid nació en Vivar, a tan solo 5 kilómetros de la ciudad, y mantuvo una estrecha relación con Burgos, donde aún se conservan numerosos vestigios y recuerdos de su vida.

A poca distancia se encuentra uno de los lugares más representativos de Burgos, la Casa del Cordón. Se trata de un edificio civil de estilo gótico que fue levantado en el siglo XV por orden del Condestable de Castilla don Pedro Fernández de Velasco y su esposa doña Mencía de Mendoza, segundos condes de Haro.
Destaca por su fachada con un amplio cordón franciscano, a modo de alfiz, y dos escudos de las casas del matrimonio sobre la puerta principal. Este ha sido uno de los escenarios que han acogido momentos históricos como el recibimiento a Cristóbal Colón por los Reyes Católicos, a la vuelta de su segundo viaje a América o la muerte de Felipe El Hermoso, esposo de Juana de Castilla.


Para finalizar el itinerario, se puede visitar la Plaza San Juan, rodeada por varios edificios importantes como la Iglesia de San Lemes, el Hospital de San Juan, la Biblioteca Pública y Monasterio de San Juan.
La visita a Burgos no puede terminar sin conocer el Museo de la Evolución Humana, que está situado en el Paseo de la Sierra de Atapuerca. Es el museo más visitado de Castilla y León y en su interior cuenta con un extenso y detallado viaje por la evolución humana. Se puede disfrutar de una exposición de más de 200 fósiles originales, entre los que destacan los restos del Homo Antecessor (los más antiguos de Europa), el cráneo de Miguelón o la pelvis Elvis, todos encontrados en la sierra de Atapuerca, declarada también Patrimonio Mundial por la UNESCO.
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