Un día en Padua

No es una de las ciudades italianas más turísticas ya que ha sido eclipsada por sus vecinas Verona y Venecia, pero Padua es uno de los lugares más sorprendentes que poder disfrutar en Italia por su valor cultural y por su impresionante belleza.

Famosa por su rica herencia cultural y su prestigiosa universidad, fundada en 1222, Padua, o Padova en italiano, ha sido epicentro del aprendizaje del país durante siglos. Mundialmente conocida por la basílica de San Antonio, donde reposan los restos del santo, hasta aquí llegan diariamente peregrinos llamados por este reclamo.

Si hay un lugar emblemático en Padua ese es el Prato della Valle. La plaza más grande de Padua y también una de las más emblemáticas de Italia. De forma ovalada, está formada por más de 90.000 metros cuadrados y está rodeada por un canal circular al que le bordean varias estatuas. En el extremo norte de la plaza se encuentra la Basílica de Santa Giustina y cerca de ella la histórica Abadía de Santa Giustina, un antiguo monasterio benedictino que data del siglo VI. Alrededor de esta plaza, varios restaurantes locales y una de las heladerías más famosas de Italia, la Gelateria Portogallo.


Otro de los templos de Padua es la Catedral Basílica de Santa María de la Asunción, una obra maestra de la arquitectura religiosa en el país ubicada en el corazón histórico de Padua. La Capilla de los Scrovegni es una joya arquitectónica y artística que data del siglo XIV y uno de los lugares más sorprendentes de la ciudad.


El Jardín Botánico de Padua, fundado en 1545, es uno de los jardines botánicos más antiguos del mundo y un importante centro de investigación y conservación de plantas ya que alberga una importante colección de ellas.

Pero si hay un lugar imprescindible de visitar en Padua es la Basílica de San Antonio, fue construida en honor a San Antonio de Padua. Actualmente, la basílica es un lugar de peregrinación para millones de fieles y visitantes cada año. Su construcción comenzó poco después de la canonización de San Antonio en 1232 y continuó durante varios siglos. En el interior se ubica la tumba de San Antonio, ubicada en la Capilla del Santo. En una capilla contigua se conservan algunas reliquias del Santo. Un lugar especial e impresionante.


El Guetto de Padua es el antiguo barrio judío que ver en Padua, y uno de los ghettos judíos más antiguos de Europa por lo que lo más recomendable es conocerlo recorriendo sus calles. Aquí también podemos encontrar la Sinagoga italiana de Padua y otros lugares como el Palazzo Bo.


La Piazza delle Erbe es uno de los centros neurálgicos de Padua ya que concentra la actividad comercial que lleva desempeñando desde la Edad Media. Está rodeada de varios edificios históricos como el Palazzo della Ragione, uno de los edificios más icónicos de Padua. La Piazza della Frutta es otro de los ejes más importantes de la ciudad y ha sido durante siglos un importante centro de comercio y actividad social en Padua.

Y si seguimos hablando de plazas hay que hacerlo también de la Piazza dei Signori, un importante centro político, social y cultural desde la Edad Media y una de las cuatro grandes plazas que visitar en Padua. Cuenta a su alrededor con varios edificios como el Palazzo del Capitanio, actual sede del ayuntamiento local además de torre del palacio o la Torre dell’Orologio, reloj astronómico sigue marcando el tiempo desde el siglo XIV.


Al igual que su vecina Venecia, Padua también cuenta con canales en su centro histórico. Aunque ahora apenas tienen un papel relevante, en el pasado se usaron comercialmente.


Padua es internacionalmente famosa por su basílica pero también por su universidad. Conocida como la Università Patavina, esta abrió sus puertas en 1222 y es una de las más antiguas de toda Europa. Durante siglos fue una de las universidades más prestigiosas frecuentada por los mayores intelectos del continente como Copérnico o Galilei. También fue la primera en dar título universitario a una mujer.


Lo mejor para completar la visita a Padua es sentarse en una de sus múltiples terrazas a disfrutar de un Aperol Spiritz o degustar algunas de sus tapas y pinchos típicos en alguno de los muchos establecimientos gastronómicos de la ciudad.


En definitiva, Padua es una ciudad alejada del turismo masivo que impera en otras ciudades italianas y que permite conocerla a un ritmo más lento y en mayor profundidad.

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