Treinta años después de abrir sus puertas por primera vez, PortAventura World sigue siendo uno de los destinos de ocio más emblemáticos de España y de Europa. Situado entre Vila-seca y Salou, este parque temático ha sabido reinventarse sin perder su esencia: transportar al visitante a diferentes rincones del mundo sin salir de la Costa Dorada.
Desde su inauguración en 1995, más de 100 millones de personas han cruzado sus puertas en busca de adrenalina, diversión y espectáculo. Hoy, tres décadas más tarde, el parque celebra su aniversario con nuevas experiencias, espectáculos renovados y una atmósfera que combina la nostalgia del pasado y la modernidad del futuro.
Durante la temporada de Halloween, cada zona del parque se transforma con decoración temática, efectos especiales y espectáculos de miedo pensados para todas las edades, desde pequeños sustos para los niñoss hasta pasajes de terror para los visitantes que buscan emociones extremas. Esta celebración anual se ha convertido en un reclamo adicional que atrae a miles de visitantes cada otoño.






El recorrido comienza en Mediterrània, la entrada principal y el primer contacto con la magia del parque. Inspirada en los pueblos pesqueros del litoral catalán, esta zona invita a pasear entre fachadas color crema y barcas amarradas al muelle, mientras el sonido del tren y la música ambiente anuncian el inicio de la aventura.
Allí se encuentra Furius Baco, una de las atracciones más emblemáticas de PortAventura. Este acelerador horizontal lanza a los visitantes de 0 a 135 km/h en apenas tres segundos, ofreciendo una dosis de velocidad y adrenalina junto al lago que marca la bienvenida al parque.



Desde allí, el visitante puede adentrarse en Polynesia, un oasis tropical de vegetación exuberante y espectáculos acuáticos. El rugido de Tutuki Splash sigue siendo una cita obligada, sobre todo en los días de calor, cuando mojarse se convierte en el mejor plan.
Inspirada en la erupción de un volcán polinesio, combina un recorrido tranquilo entre cascadas y cuevas con una caída final de más de 15 metros que termina en un espectacular chapuzón. Las risas, los gritos y las salpicaduras forman parte del ritual que, año tras año, convierte a esta atracción en una parada obligada, especialmente en los meses de verano.



El viaje continúa hacia China, uno de los mundos más impresionantes y emblemáticos del parque. Dragon Khan fue durante años el símbolo de PortAventura. Con sus ocho inversiones y su característico rugido metálico, sigue siendo una de las montañas rusas más intensas de Europa. Cada looping ofrece una combinación perfecta de fuerza y precisión, una experiencia que marcó historia en el parque.
A su lado se eleva Shambhala, la montaña rusa más alta y rápida de PortAventura. Inspirada en el mítico reino del Himalaya, alcanza los 76 metros de altura y velocidades superiores a los 130 km/h. Su caída principal ofrece una sensación de ingravidez que la ha convertido en una de las atracciones más valoradas por los aficionados.



En contraste, México ofrece un viaje al corazón de la cultura precolombina. Las pirámides, los templos y la música mariachi crean una atmósfera única. Hurakan Condor domina el paisaje con su torre de más de 100 metros. Esta caída libre ofrece una vista panorámica del parque antes de precipitarse a toda velocidad hacia el suelo. La mezcla de expectación, altura y vértigo hace de esta atracción una de las más desafiantes para los visitantes más valientes.



El recorrido se suaviza al llegar al Far West, donde los visitantes se transforman en vaqueros por un día. Calles polvorientas, tabernas y duelos al sol. Stampida, la montaña rusa de madera, enfrenta dos trenes en una carrera paralela llena de curvas y saltos. Por su parte, Silver River Flume lleva a los visitantes a un recorrido acuático entre troncos que termina con una refrescante caída, perfecta para los días calurosos.



Y, finalmente, SésamoAventura, el espacio más familiar del parque, mantiene vivo el espíritu de la infancia. Colorido, seguro y lleno de personajes entrañables, es el rincón perfecto para que los más pequeños vivan su propia aventura.



La experiencia se amplía con Caribe Aquatic Park, el parque acuático de PortAventura World, un paraíso de toboganes, piscinas y playas artificiales donde el ritmo caribeño pone banda sonora al verano. Su ambientación tropical convierte cada rincón en una escapada refrescante, ideal para quienes buscan una dosis de diversión entre olas y palmeras.
Y para los amantes de la velocidad, Ferrari Land es una cita obligada. Inaugurado en 2017, este espacio rinde homenaje a la legendaria escudería italiana con atracciones de récord como Red Force, el acelerador vertical más alto y rápido de Europa. Un lugar donde el rugido de los motores y la estética del automovilismo conviven con la elegancia del diseño italiano.






En la actualidad, PortAventura World cuenta con tres parques temáticos, seis hoteles de cuatro y cinco estrellas, un centro de convenciones y una oferta gastronómica y de ocio en constante crecimiento. Con más de 5 millones de visitantes anuales, se mantiene como uno de los complejos turísticos más visitados del continente.
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